El águila añora sus vuelos recostada sobre el viento.
Extraña la sutil caricia de sus alas al espacio de luz sin tiempo.
Olvidó la vasta perspectiva de sus ojos
sobre la delgada frontera que divide a los hombres y al Dios del azul cielo.
El águila está en cautiverio.
Quiere volver a sentir sus plumas
e integrarse al eco del cosmos en movimiento.
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Amilde Z.
martes, 26 de enero de 2010
lunes, 11 de enero de 2010
Hay tantas cosas que no comprendo
porque hacerlo
sería arrebatarles su misterio
Un misterio que es
ligero escapista a mis neuronas
y mal amigo de mis ojos
porque hacerlo
sería arrebatarles su misterio
Un misterio que es
ligero escapista a mis neuronas
y mal amigo de mis ojos
jueves, 7 de enero de 2010
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