sábado, 4 de mayo de 2024

Muerte

Duele en lo profundo caminar sin mirar atrás,

saltar la grieta y atravesar el puente tambaleante de lo incierto. 

Duele en lo profundo morirse en vida, encarnar el corazón al rojo vivo de la herida. Cada lágrima de sal escuece aún más las huellas del recuerdo. 

Duele la música, duelen los paisajes caminados, duelen los abrazos registrados en la piel.


Todo es sinsentido.

Duele morirse, aún habiéndolo elegido.


El remolino de negrura envuelve a uno y lo arrastra al pozo hueco, vacío sustancial de abortos y sueños cohibidos.


Duelen los rostros del ayer, 

clavados como espinas en el jardín de los recuerdos. Molesta la luz sin ser absorbida.

Duele y reconforta abrazar a la muerte y mecerse en su regazo, dejando morir a la niña atrapada en la crisálida insípida. 


Estremece y desnuda ver a la muerte de frente,

Ella disuelve con sus ojos 

                                       cuerpo, alma y mente.