El aroma a tierra seca.
El sonido de los ríos de montaña.
Los copos de nieve presumiendo de toda perfección.
Los árboles pensativos y fuertes que soportan el frío invierno.
Las primeras flores que asoman a través del musgo, en primavera.
Las nubes cargadas de agua que se aventuran a través de las cimas,
y bajan al valle para cubrirlo todo.
Los tonos rosas del atardecer sin dejarse ver el Sol,
escondido más allá del horizonte,
justo detrás de los montes.
Y el fuego del hogar,
mientras todo ello sucede.
El sonido de los ríos de montaña.
Los copos de nieve presumiendo de toda perfección.
Los árboles pensativos y fuertes que soportan el frío invierno.
Las primeras flores que asoman a través del musgo, en primavera.
Las nubes cargadas de agua que se aventuran a través de las cimas,
y bajan al valle para cubrirlo todo.
Los tonos rosas del atardecer sin dejarse ver el Sol,
escondido más allá del horizonte,
justo detrás de los montes.
Y el fuego del hogar,
mientras todo ello sucede.