De vez en cuando sueño
con aquellas esquinas de ochavas en siestas silenciosas.
Un jacarandá vivo y sus pétalos caídos
pintando el gris cemento.
Sauce llorón y tierra roja,
río abajo en una tarde de mates y milongas.
Infancia con aroma a cortado pasto verde
impregnado en la memoria.
Algunas calles polvorientas,
que elevan nubes de tierra por la revuelta de pies y una pelota.
Dos abuelos que un sábado cocinan,
y en su ventana asoma el sol de otoño;
sus rayos se adentran tímidos para escuchar el tango de la radio.
Casa antigua que contiene todas sus historias,
el cuento de un linaje de otros horizontes, barcos y despedidas.
Nostalgia sin olvido,
presente sin raíz,
ciudadana del mundo,
bandera de recuerdos bajo la piel.
con aquellas esquinas de ochavas en siestas silenciosas.
Un jacarandá vivo y sus pétalos caídos
pintando el gris cemento.
Sauce llorón y tierra roja,
río abajo en una tarde de mates y milongas.
Infancia con aroma a cortado pasto verde
impregnado en la memoria.
Algunas calles polvorientas,
que elevan nubes de tierra por la revuelta de pies y una pelota.
Dos abuelos que un sábado cocinan,
y en su ventana asoma el sol de otoño;
sus rayos se adentran tímidos para escuchar el tango de la radio.
Casa antigua que contiene todas sus historias,
el cuento de un linaje de otros horizontes, barcos y despedidas.
Nostalgia sin olvido,
presente sin raíz,
ciudadana del mundo,
bandera de recuerdos bajo la piel.