sábado, 30 de agosto de 2025

Dome

 Tu piel se desliza,

suavidad de mantequilla sobre mi alma.


Tu aroma me invade,

elixir secreto que despierta cada poro.


Tus ojos me desnudan:

fuego encendido,

chispa que arde en mi cáliz sagrado.


Tu abrazo es música:

armoniza,

pero también embravece mis aguas.


Eres caos necesario:

me rompes,

me desordenas,

y en ese desorden suavizas mis estructuras.


Tu luz,

tus sombras,

despiertan en mí ángeles y demonios.


Y yo, más humana,

entro en mis heridas

para sentirlas,

para abrazarlas.


Y así, tú también humano,

te amo en lo imperfecto,

te amo en los errores y horrores,

te amo sin razón aparente,

más que por tu luz

y tu negrura.