sábado, 25 de diciembre de 2010

Otro tiempo

Siento la memoria de mis tierras lejanas,
otras latitudes,
de verdes frondosos y ríos serpenteantes en montaña.

Siento las manos cuarteadas,
la piel batiendo el frío invierno
y mis ojos pardos de cansada mirada.

Cabellos negros,
se integran a la danza de los vientos
cuan crines salvajes de corcel en movimiento.

El tambor,
su grave percusión,
me conecta al latido de la tierra,
al eco vivo de la madre que acompaña el ritmo de la vida en mi corazón.

Miro.
Veo con los ojos de otro tiempo,
o tal vez mis ojos son solo la conciencia en el no tiempo,

la misma mente,
ya sin todos sus recuerdos
pero con el existir inagotable de mi eterno espíritu.

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