sábado, 4 de mayo de 2024

Muerte

Duele en lo profundo caminar sin mirar atrás,

saltar la grieta y atravesar el puente tambaleante de lo incierto. 

Duele en lo profundo morirse en vida, encarnar el corazón al rojo vivo de la herida. Cada lágrima de sal escuece aún más las huellas del recuerdo. 

Duele la música, duelen los paisajes caminados, duelen los abrazos registrados en la piel.


Todo es sinsentido.

Duele morirse, aún habiéndolo elegido.


El remolino de negrura envuelve a uno y lo arrastra al pozo hueco, vacío sustancial de abortos y sueños cohibidos.


Duelen los rostros del ayer, 

clavados como espinas en el jardín de los recuerdos. Molesta la luz sin ser absorbida.

Duele y reconforta abrazar a la muerte y mecerse en su regazo, dejando morir a la niña atrapada en la crisálida insípida. 


Estremece y desnuda ver a la muerte de frente,

Ella disuelve con sus ojos 

                                       cuerpo, alma y mente.


viernes, 16 de febrero de 2024

Atma Vichara

Creo ser lo erróneo, a la vez que soy lo correcto, y nada, y todo, y un sinfín de interrogantes.

Me desquito, capa a capa, de pieles invisibles que me confunden. Me vuelvo pequeñita, vulnerable, al punto de inicio o de vacío. Me contraigo.

Permanezco desnuda, sosteniendo el no espacio. Me habito allí. No hay color, no hay aroma, no hay Verbo. No hay cuerdas que me sujeten a la salvación del ego. 

Las piernas tiemblan, los pies intentan echar raíces en un pantano inseguro. Permanezco. Respiro. Me asiento. Todo es destrucción en el juicio final de mis creencias. La espada de la verdad corta las miles de formas de estas cabezas abrumadas. 

Hay un sonido desolador de ultratumba. Es el silencio luego de la guerra. 

Y permanezco. Sostengo. Me habito sin hábitos, me habito sin sueños. Me habito en el único abrazo sincero de mi piel descubierta. Tiemblo. Hay miedos. Hay una soledad compañera. 

Existe una puerta trasera y pequeñita en el gran territorio interno. Ese es el acceso inconfundible al centro. Una luz acogedora se intuye desde fuera. Ingreso. No hay adornos. No hay matices. El ambiente se torna seguro. Es la dimensión detenida, casi suspendida en la no existencia.

Existo y me habito. Respiro. Soy Eso, muy desmenuzado, muy pelado al ras hasta llegar al corazón y al hueso.

viernes, 26 de enero de 2024

Poetisa

 

Poetisa,
tu que en tu interior albergas el néctar de cada palabra. Los versos son tu miel invisible que reparan las hendijas por donde se colaron la tristeza y la nostalgia.

Atesora en cada respiración la imagen del recuerdo, que luego será parida a la vida con tu voz.
Teje y entreteje con tu dulzura
las realidades en donde vive tu alma.
Compone un mundo de aguas,
donde la luz tiña cada rincón. 

Y si se inunda tu corazón,
      que sea de intensidad poética,
             que sea de música relatada
                    Y de realidades oníricas e imaginarias.

Que tú poesía sea el salvavidas que te mantenga a flote en las tormentas,
Que los paisajes sean las musas de la Creación para hacerte vibrar en cada fibra,
Que el sentir sea siempre cálido y derrita el hielo del desamparo,
Que tus versos sean los compañeros de tu silencio,
Que las memorias preciosas de tus retinas encuentren el modo de emerger en cantos
...Que no se apague nunca tu música...

Soy del Litoral

Soy de barrancos y mates dorados,

besados por sol litoraleño.

De jacarandás que salpican el suelo y

de ombúes fuertes que abrazan al pueblo.

Soy hija del Paraná, 

como la flor de Irupé que se pasea majestuosa en sus corrientes.

Soy de siestas en el campo

y de silencios calurosos de laguna.

Soy de zambas y chacareras,

y de algún tango en ciudad melancólica.

Soy hermana de poetas tristes,

de músicos incógnitos y pintores invisibles.

Soy de Tierra sin límites,

de campos bañados de trigo que espejan al cielo.

Soy de aire fresco y de luciérnagas,

Y de estrellas del Sur en las noches de misterio.

Soy de nostalgia más que de fuego,

Y de raíz más que de vuelo.