viernes, 21 de agosto de 2009

Nacer y ser

Al comienzo solo hubo vacíos de olvido
Quietud infinita y silencios perdidos
Vida eterna y sueños reprimidos
Pesadez y misterio, pero Dios siempre testigo

Hubo la nada, el universo comprimido
El deseo de ser
La magia de crear
Y el milagro de nacer

La nada se hizo estampido
Y los mares comenzaron a brotar
El silencio comenzó a ser percibido
Y los colores no dejaron de brillar

Todo adquirió un sentido
Y el universo fue compartido
La creación se unió en armonía
Y la tierra resonó en latidos.

Amilde Zanassi


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