jueves, 3 de septiembre de 2009

Invierno

Cayó el último copo de nieve del invierno.

El viento suave renovó las ilusiones de la gente luego de tan desesperante estación.
La dejamos atrás, ahora quizás vengan felices primaveras.

Miro hacia fuera y me asomo al balcón.
Me animo a que los primeros rayos de sol cálido jueguen con mi cuerpo.

Me acuerdo de vos. De nosotros. Creo que han pasado muchos inviernos hasta que la luz finalmente nos inundó.

Nos hemos encontrado en planos distintos. Universos disímiles.
Quizás alguna vez hubo una feliz intersección, un fugaz encuentro de dos almas desnudas incorruptas por el afuera.
Pero las manecillas del reloj hicieron un recorrido muy breve hasta que este encuentro se esfumó.

Tu universo fue más un agujero negro que un cosmos de color. Y solo recibió unidireccionalmente, sin dejar nada salir.

Lo que pudo ser y se congeló, aquello latente que no perpetuó, vive en otra realidad, en una existencia donde las cosas siguieron su rumbo, sin haberle importado la terquedad del destino.

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