sábado, 31 de octubre de 2009

Lo confieso!
Ese día te besé por orden exclusiva de mi mente.
No pude engañarte a tí ni a mi misma.
Digamos que recibiste un pequeño obsequio de mi parte:
mi dulce autoflagelo que nada tenía de comunión, si tanto sostenemos que esa es la intención.

Lo reconozco!
Cada tanto se me dan esas fisuras,
esos desencuentros del cuerpo versus el corazón.

Será por eso,
que aún sigo buscando en el lenguaje de las caricias
la verdadera comunicación.

3 comentarios:

Nicolás Zeballos dijo...

lo mas dulce del mundo. me encanto

Sat Ardas Kaur dijo...

Malu!!! que bueno que pasaste por aca!!!

abrazote

Ceci Rossi dijo...

"recibiste un pequeño obsequio de mi parte:
mi dulce autoflagelo"
clap clap clap

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