Inclusive en el silencio agotador de la noche,
cantan los grillos.
No tiene sentido negar su canto escondiendo mi cabeza bajo la almohada,
escapándoles para encontrar mi paz.
La naturaleza no conoce el mutismo.
Siempre nos habla.
Eternamente nos revela sus secretos más íntimos.
Aún prefiriendo el sonido armónico de las aves durante las horas de sol,
no ignoro y no dejaré de escuchar la naturaleza de las horas oscuras.
Por eso,
grillos, luciérnagas,
pósense en mi ventana y no me dejen dormir.
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Amilde Z.
sábado, 3 de octubre de 2009
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3 comentarios:
que bonito es oir
los secretos de la naturaleza
:)
sobretodo de nuestra naturaleza interna..
gracias x el comentario, muy lindo blog el tuyo
Hola,Sofi me mostro este blog,muy lindo.
Besos.
Pepe Grillo
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